ABR: Mirar con ojos de Resurrección

Este mes de Abril, pasada ya la Semana Santa y la sensación del sufrimiento de Jesús, casi parece que la lluvia y las nubes vuelven a oscurecer nuestro humor y mente. Volvemos a la rutina gris y apagada del final de curso, cuando ya no queremos hacer nada y sabemos que el verano está cerca, pero no tanto.

En este ambiente sin color ni emociones vivas, sería bueno recordar el Domingo de Pascua. El día grande para los cristianos, Jesús resucita cuando todos están tristes, devuelve la esperanza a sus seguidores.

Es cierto que para nosotros no es lo mismo, pero ese mismo espíritu es el que trae consigo la primavera. Los campos han vuelto a brillar, nacen flores, el verdor lo cubre todo. El frío amaina poco a poco y entre tanta nube, asoman rayos de sol. Y de eso hablaremos hoy.

Rayos de sol en forma de noticias.

La bajada de contagios gracias a las vacunas está haciendo que muchos reencuentros sean posibles y se están salvando miles de vidas. El impulso de la ciencia demuestra mejoras en tratamientos de cáncer de mama y trae esperanza al desarrollo de vacunas contra el VIH. Más inversión en ciencia, la aprobación de la vacuna de Jenssen, ayudas económicas desde Europa, becas para el curso próximo…

En el ámbito cultural, han vuelto a abrir cines y teatros; el Museo del Prado ha recibido como donación la primera obra documentada de Goya; el concierto masivo realizado en Barcelona, que fue tomado como experimento, ha sido un éxito rotundo y no ha sido foco de contagios; y en los Premios Oscar de este año, el español Sergio López-Rivera ha triunfado en la categoría de maquillaje trabajando con Viola Davis.

Mientras tanto, en Egipto, donde creíamos que ya estaba todo desenterrado, se ha descubierto cerca de Luxor los restos de la ciudad más grande conocida hasta la fecha. El mundo aún puede sorprendernos con maravillas

También hay rayos de sol en forma de gestos.

Voluntarios plantando árboles para luchar contra el cambio climático, personas que por voluntad propia ayudan a sus vecinos más mayores, ese compañero tuyo que siempre saluda, los miembros de ONGs luchando por los derechos de los más vulnerables, los profesores que se quedan contigo un rato más cuando de verdad quieres entender su materia. Cuando un amigo espera mientras recoges la mochila, o cuando algún conocido o familiar llama desde lejos para felicitarte el cumpleaños.

Y hay rayos de sol en forma de momentos y emociones.

Una carcajada al oír un chiste, dormir hasta tarde el fin de semana, la calidez de una conversación amistosa, la alegría efímera de una foto graciosa, una anécdota a medias, o un recuerdo nostálgico.

Levantarse por la mañana con la posibilidad de un día nuevo, la posibilidad de ver, escuchar, hablar, de sentir.

Es cierto que ahora mismo el cielo está nublado, pero siempre hay algo de sol colándose entre las nubes.

Pequeños milagros del día a día que pueden pasar desapercibidos entre tanto ajetreo, pero no deberían. Las pequeñas cosas que nos hacen felices son importantes, y a veces, se nos olvida que es bueno parar, respirar hondo, y fijarse en ellas.

La resurrección, la esperanza, la vida, está presente en nosotros y está escondida a nuestro alrededor. Sólo tenemos que pararnos a apreciarla.

By: JEC Plasencia

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